Durante los meses de invierno el grueso de nuestro trabajo no está en los colmenares, sino en nuestro almacén. Días de trabajo en los que limpiamos y marcamos cajas, preparamos cera y realizamos las tareas de preparación del material que nos permitirán trabajar con soltura a lo largo de los meses más cálidos.
Uno de estos trabajos es el marcado a fuego de nuestras colmenas. Por un lado, la normativa nos obliga a que estén identificadas con nuestro número de explotación, y por otro lado es una medida de seguridad frente a los ladrones, que desgraciadamente visitan los colmenares con más frecuencia de la que quisiéramos.