Hace unos días tuvimos un pequeño percance: la rueda derecha de nuestro remolque se salió de su eje. Afortunadamente ocurrió de día, sin mucha carga, en un camino rural sin tráfico, pero con fácil acceso para la grúa.
Sin embargo, estas cosas también pasan en transportes nocturnos, con el remolque lleno de abejas, lloviendo o en una carretera transitada. Es una más de las facetas de la apicultura, que tiene sus peligros, sus incomodidades y sus trabajos a deshora.
Afortunadamente todo arreglado y hemos podido seguir con nuestro trabajo de recolección de miel.