Abejas ibéricas adaptadas a soportar la sequía.
El año 2019 está siendo muy seco en Zamora. Durante los meses de mayo y junio las precipitaciones han sido muy escasas, y en buena parte de la provincia el paisaje que vemos ya se corresponde con el estío.
Las pocas flores que quedan suelen quedar lejos, o su aporte de néctar no es abundante. En estas condiciones los apicultores tratamos de facilitar la vida a nuestras abejas, facilitándoles puntos de abastecimiento de agua a su medida. En la imagen podéis ver como acuden a beber a un recipiente cubierto con una malla de sombreado, para evitar que se ahoguen.
La abeja ibérica es una especie adaptada a las condiciones extremas. Soporta con abnegación los fríos invernales de la meseta, y también los calores tórridos del verano.
Aunque conocemos bien las flores presentes cerca de nuestros colmenares, no deja de sorprendernos que, cuando todo parece estar seco, aparezcan abejas cargadas de polen para aportar a las colmenas. La adaptación al medio es un valor a conservar.
La biodiversidad se enriquece y se preserva con el mantenimiento de las razas locales de abejas, al tiempo que se garantizan mejores rendimientos al apicultor. En este camino nos encontramos.